Ha conseguido recortar la distancia entre la educación y el mercado laboral. Pese a ello, los agentes protagonistas piden una reflexión para definir un modelo propio que se adecue a las necesidades locales

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Llegó como la formula alemana para combatir el paro juvenil y con el escaso recorrido desde su implantación ha conseguido niveles de inserción del 59%. El crecimiento de la formación profesional dual en Catalunya se ha producido a marchas forzadas. En su primera edición, en el curso 2012-2013, hubo 590 alumnos matriculados. En estos momentos la cifra es de 7.500. También han incrementado las empresas, hasta situarse en 2.700, y los centros educativos, alrededor de 200.

Según cálculos de la OCDE dos tercios de la ocupación que se genere hasta 2020 estará relacionada con categorías profesionales técnicas vinculadas a la formación profesional. Un horizonte que los agentes implicados no pierden de vista y que les lleva a reflexionar sobre la definición de un modelo propio acorde con las necesidades del territorio.

Esta misma semana hemos visto dos ejemplos de ello. En Tarragona se han celebrado dos jornadas, la primera organizada por la Fundación Bertelsmann y la segunda por Europe Direct, en la que las empresas, la administración y los centros formativos han analizado conjuntamente los retos que presenta la FP dual.

Y es que, Tarragona se ha convertido en cantera de aprendices de Catalunya, lo que la sitúa un paso por delante en el momento de empezar a definir los desafíos que se presentan. Lo apuntaba el director de la Escola Joan XXIII de Tarragona, Joan Llatse, «estamos en la época dorada. Debemos parar, ser valientes y ver cómo debe ser nuestro modelo. Se habla de que si el suizo o el alemán. No, tiene que ser el del Camp de Tarragona».

Llatse señala un listado de deberes considerable. «Hoy por hoy aún hay muchas empresas que no saben qué es la FP dual», lamentó. Resolver situaciones como los problemas de movilidad que pueden tener los estudiantes para ir a trabajar, mejorar sus competencias en inglés o una reglamentación clara sobre los derechos y deberes de los alumnos hacia su puesto de trabajo/ practicas son otros de los asuntos que mencionó.

Aunque lo que apremia más a los centros educativos es que el 65% de los alumnos de primaria trabajarán en profesiones que en estos momentos no existen. La mecatrónica, el comercio exterior y las TIC son algunos de los ámbitos que cualquier plan de estudios que quiere dar respuesta a las necesidades formativas futuras no puede obviar.

Según el director del instituto Jaume Huguet de Valls, Jordi Tuset, que hace falta una «sacudida». «Nosotros no podemos con todo, lo que ha hecho que nos estemos planteando porqué no podemos dar respuesta a la demanda de mecatrónica mientras siguen adelante otros ciclos con bolsas inmensas de paro. Tenemos que ver cómo gestionar estas modas y costumbres porque sino seguiremos alimentando el desempleo, sobre todo en el colectivo femenino», argumentó Tuset.


Perfiles combinados
Sobre los desajustes formativos también habla el proyecto Synthesis. Impulsado desde la Alianza para la FP dual, hace un exhaustiva radiografía sobre la situación de esta formación en el ámbito de la química y las empresas de servicios. El 59,4% de los empleados de la AEQT tiene un nivel de instrucción correspondiente a una FP, mientras que en el caso de las empresas de servicios este porcentaje es del 36,5%. Y estas cifras van al alza ya que las sociedades asociadas tienen previsto contratar a 601 empleados en los próximos dos o tres años con estos estudios.

El informe, también, pone de manifiesto que los jóvenes deberían mejorar sus competencias en lo que se refiere al trabajo en equipo, inglés o maquinaria específica del sector, entre otros puntos. Habla también de que las empresas han detectado una serie de perfiles profesionales con mucha demanda y dificultad de reclutamiento porque no hay un itinerario formativo específico. Es el caso de instaladores de andamios, operadores de caldera e instaladores de aislamientos térmicos para plantas químicas o nucleares.

Por ello, el sector económico solicita «poder interceder en los contenidos de los títulos y poder modificarlos y aportar sugerencias». Es una de las demandas que trasladó Guillem Salvans, senior project manager de la Fundació Bertelsmann.


Más movilidad
La química tarraconense también fue pionera en impulsar el primera proyecto de FP dual transnacional, de forma que estudiantes del Grado Superior de Química Industrial realizaron su estancia de prácticas en Ludwigshafen (Alemania). Y la movilidad de estos jóvenes es otro de los grandes retos que la Comisión Europea quiere impulsar. Por ello impulsó el programa Erasmus+, una replica del exitoso programa Erasmus con más de tres millones de participantes, y que ofrece ayudas a la movilidad de alumnos de educación y formación profesional inicial.

La primera experiencia en este territorio comenzó este curso en el instituto Pere Martell, el único centro catalán que fue forma parte de la iniciativa ‘Aprendices, embajadores europeos’. En éste participan un total de 36 institutos de un total de 14 países que compartirán experiencias en el ámbito de la agricultura, el procesamiento de alimentos, el metal o la ingeniería mecánica.


El Erasmus de la FP
Por su parte, la ciudad de Reus forma parte de la Xarxa FP que, impulsada desde Barcelona, nació para facilitar la movilidad en la FP entre las ciudades que la integran. Se encarga de gestionar las estancias de prácticas, contacto con los centros, entre otros.

Desde que la capital del Baix Camp se integró en esta red europea en 2012 nueve estudiantes de FP reusenses han participado en un programa de movilidad, mientras que los que han venido son otros nueve. «La dificultad es que el nivel de inglés en los estudiantes de FP es muy bajo», lamentó la técnica del Ayuntamiento de Reus, Sílvia Parés. Otra vez el inglés, una necesidad que tanto los directores de instituto como las empresas detectan como uno de los déficits de la FP dual.

l El elevado nivel de especialización que requieren actividades como la mecánica de precisión hace que algunas empresas tengan dificultades en encontrar al personal necesario. «Es un perfil profesional muy técnico, por lo que contratábamos a gente que había trabajado de mecánico y después la formábamos... Pero los procesos eran muy largos», describe Enric Roda, director de recursos humanos de Industrias Teixidó SA.

Esta sociedad de Riudecols ha hecho una importante apuesta para la formación. Firmó su primer convenio de colaboración con el instituto Comte de Rius en el marco del grado medio de fabricación mecánica. «El problema que teníamos es que después estos jóvenes querían seguir estudiando y los acababas perdiendo de vista», explica Roda.

Ya en 2012 comenzaron con la alternancia y en función de las necesidades de personal de la empresa han ido firmando convenios con diferentes centros y de perfiles específicos. En estos momentos tienen en marcha cuatro grados superiores y ocho jóvenes están llevando a cabo su periodo de aprendizaje en la compañía.

Una decena de los 450 trabajadores en plantilla de esta empresa entraron a través de la FP dual. «Prácticamente todos se acaban quedando», describe Roda. La colaboración con los institutos «representa la principal fuente de incorporación de personal para la empresa».

Enric Roda es además el presidente de la Associació Provincial d’Empresaris del Metall a Tarragona (APEMTA). Los asociados que han apostado por la FP dual no llegan a media docena. «En el sector hay muchas empresas pequeñas a las que les cuesta. La dual tiene que intentar conseguir adaptarse y llegar a la pyme», argumenta.

Entre los problemas está la dificultad de que en sociedades pequeños estos jóvenes puedan compaginar sus estudios con un empleo. Mientras que dentro de las empresas no siempre resulta fácil. «Los chicos que nos llegan vienen a aprender y esto no lo debemos perder nunca de vista. Y supone que la empresa tiene que enseñarles. A veces es difícil encajar ambas situaciones y que le vean una utilidad», certifica.

El responsable de recursos humanos de Industrias Teixidó certifica que «la gente que lo prueba repite».