Los sindicatos desconvocaron una huelga hace un mes al frenar el recorte de horas extras. Sin embargo, la intención de la concesionaria es ir ampliando plantilla y ajustando horarios
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La implantación de la nueva concesión del transporte urgente y no urgente en el Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre cumple un año. La nueva empresa ganadora del concurso público, Egara-Lafuente, ha ido adaptándose a un territorio nuevo y donde se ha encontrado diferentes problemas, quizá el más importante en el ámbito del personal.
Hace un mes, los representantes de los trabajadores decidieron desconvocar la huelga que tenían prevista después de que la UTE diera marcha atrás y no aplicara la reducción de jornada laboral de 150 horas anunciada. La medida había despertado una fuerte contestación de la plantilla de porque consideraban que su aplicación les supondría un recorte salarial del 10% y la precarización de las condiciones laborales con la contratación de trabajadores en prácticas para cubrir la reducción horaria pero cobrando sólo un 60% del sueldo.
Según los sindicatos, la eliminación de estas horas suponía, para un trabajador fijo, quedarse en las 1.800 horas al año –cuando hasta ahora podían llegar a ser 1.950– y la pérdida del ingreso de entre 200 y 250 euros extras al mes.
A pesar de esta tregua, Egara tiene previsto este año ampliar la plantilla «con nuevo personal», explica Òscar Simón, presidente de la compañía de ambulancias. «Tenemos una plantilla por debajo de las necesidades y hay que cubrir esta carencia. La intención es incorporar 75 personas que tienen la capacidad para equilibrar las plantillas y que deben hacer las prácticas para poder formarse», añade Simón.
La medida volverá a poner en pie de guerra a los sindicatos, que consideran que la incorporación de estos futuros técnicos se hará con unas condiciones laborales en precario. «Queremos cambiar la estructura y la mentalidad de organización. No hablamos de bajar sueldos, sino de racionalizar las horas extras», concluye el máximo representante de la concesionaria.
La puesta en marcha del plan está prevista en verano, cuando se requieren refuerzos en los diferentes vehículos. A partir de entonces, la plantilla iría incorporando estas 75 plazas que pretende crecer en la provincia.
Respecto a médicos y enfermeras, es potestad del SEM y de CatSalut contratar el personal. En este primer año se han incorporado seis enfermeras más de lo previsto porque se ha cambiado un Vehículo de Intervención Rápida (VIR) por una ambulancia medicalizada.
Un año de adaptación
El polémico nuevo modelo de ambulancias, en el que se priorizaba la rápida atención al paciente crítico ‘in situ’ y en que se separaba a médicos y enfermeras, cumple un año. El 14 de enero de 2016 entró en marcha el transporte sanitario en el Camp de Tarragona que, entre otras novedades, unificaba la gestión del traslado urgente y no urgente.
Los cambios cumplen 365 días en marcha, tiempo suficiente para hacer un balance marcado por la crítica y las denuncias reiteradas por parte de diversos sectores. Incluso el propio Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) ha admitido en varias ocasiones la falta de eficacia del modelo y la necesidad de mejoras.
Para algunos, las carencias y las deficiencias han aumentado con la reorganización. En esa línea se expresa Conrad Vila, presidente del comité de empresa del SEM en la provincia: «En Tarragona ha habido que reforzar la USVA (ambulancia medicalizada) y poner una completa, con médico, enfermera y técnico. Habría que reforzar también las zonas del Baix Penedès, el Alt Camp y la Conca de Barberà. Vila también incide en que «desde el punto de vista de ambulancias básicas hay carencias, porque es un número insuficiente».
Desde el comité de empresa de Egara hay posturas muy críticas: «Hemos retrasado diez años en el transporte sanitario. Es un problema que sucede en toda Catalunya. No tenemos vehículos, ni material ni personal para dar una respuesta adecuada».
Una de las novedades de la implementación del sistema fue la aparición de los VIR. «No hay ambulancias todoterreno para ir a buscar a nadie y el VIR, por ejemplo, tampoco puede ir en una pista forestal. Son coches modernos en los que todo es imagen», explica este miembro del comité, que añade que «hemos puesto nueve denuncias en Inspección de Trabajo, por cosas como no llevar pantalones con reflectante, como debería ser».
Desde el SEM se explica que el primer año ha permitido ajustar y pulir los defectos que se han ido detectando en el transporte urgente, pero el balance que hace «es positivo», aunque para este nuevo año se buscará mejorar en todos los aspectos «para cuidar al paciente».